En cuanto las chapas salen del tren de laminación, ya se puede prever el defecto más común que presentan las bobinas: su curvatura. Porque por muy práctico que resulte enrollar las chapas para transportarlas en grandes cantidades, la curvatura interfiere en las operaciones de transformación posteriores. El motivo es que la chapa ya no es tan plana como debería para poder procesarla con precisión.
Curvatura de la bobina es casi habitual, pero debe eliminarse
Por lo general, en la bobina, la lámina se curva en sentido longitudinal debido al proceso de bobinado, es algo habitual Pero también son probables otras variaciones. Con bandas de chapa más estrechas, puede tratarse de una curvatura transversal, es decir, una curvatura transversal a la dirección de la banda. O puede producirse una torsión, en cuyo caso la tira de chapa se retuerce sobre sí misma.
En las tiras de chapa anchas, se producen defectos de planitud como roturas de bobina (ondas en toda la anchura de la chapa), ondas en los bordes, ondas unilaterales y ondas centrales.
Aparte de los defectos del material de base, los efectos mecánicos o térmicos también pueden introducir tensiones en las chapas. Normalmente, no se trata de bobinas, sino de piezas brutas o piezas de chapa. Estos defectos tienen su origen en el tipo corte que utilicemos.
Los procesos de fabricación también pueden provocar defectos en la chapa
Aquí hay que prestar especial atención a los procesos térmicos, como el corte por láser, plasma u oxicorte. Esto se produce porque se genera una gran cantidad de calor donde el arco de corte se encuentra con el material. Se crea así un gradiente de temperatura muy elevado, que a su vez provoca tensiones. Pero los procesos mecánicos como el corte o el punzonado también pueden introducir tensiones residuales en las chapas.
Los defectos en la chapa y también las tensiones residuales pueden perjudicar el acabado de la chapa. Esto se debe a que no se puede fabricar una pieza recta que cumpla las tolerancias exigidas a partir de una chapa deformada en un proceso programado. Los empleados con experiencia saben cómo -dentro de ciertos límites- pueden conseguir resultados aprovechables incluso con material de mala calidad. Sin embargo, esto no ocurre en la producción automatizada, donde se acumula rápidamente una gran cantidad de desechos.
La nivelación elimina los defectos de la bobina y las tensiones residuales en la chapa metálica
El enderezado permite eliminar tanto los defectos de las bobinas como las tensiones residuales de las chapas. Las niveladoras enderezan las chapas con la ayuda de rodillos, eliminando tanto los defectos como las tensiones residuales. Pueden distinguirse dos tipos de equipos: Las enderezadoras de bandas se utilizan para corregir bandas de chapa, mientras que las enderezadoras de piezas enderezan piezas individuales o formatos. Las enderezadoras de bandas ofrecen una amplia gama de opciones para ajustar los rodillos enderezadores y contrarrestar con precisión los defectos de las bobinas.
El nivelado tiene un gran efecto positivo en los procesos de mecanizado posteriores: Si las chapas contienen el menor número de tensiones residuales y defectos, el plegado o el fresado resultan más precisos en los resultados posteriores. Los ensamblajes soldados también pueden montarse mucho más rápido y así se eliminan por completo los laboriosos y lentos trabajos de repaso.